Los demonios no los dejan en paz. Atormentadas por las fuerzas del mal, docenas de personas llenan los pasillos.

Los servidores de la iglesia sujetan de los cabellos a los poseídos, de sus hombros, de sus brazos oscilantes, haciendo lo que sea necesario con tal de romper con el hechizo. Algunos de los feligreses se arrastran por el suelo, vomitando baba encima de los periódicos.

El cavernoso templo -una joya arquitectónica de la serie de teatros

históricos del centro de Los Angeles- se llena con los gritos y los cantos de 3 mil hombres y mujeres, mientras que el obispo José Luiz, desde el altar, vocifera y dirige los exorcismos en masa.

Este es el culto que la Iglesia Universal del Reino de Dios realiza el

viernes por la noche, considerada una de sus mejores representaciones en la ciudad, donde el obispo y su grupo de pastores combaten los oscuros espíritus que se atreven a dañar a la humanidad.

No es un servicio cualquiera el que ocurre aquí en el viejo Teatro State. Es una mezcla cruda de cristianismo y brujería, y es la esperanza espiritual de mayor atractivo para cientos de miles de inmigrantes latinos en Estados Unidos.

De hecho, la popularidad de la iglesia se ve impulsada por la escalofriante forma en que este espectáculo se lleva a cabo, y por las burdas alusiones al cine de terror tan frecuente en México. La cautivante combinación de teología y cultura amenaza a la más formal Iglesia Católica aquí y en Brasil.

Es el trabajo de Edir Macedo, un ex burócrata de lotería y predicador

callejero de Río de Janeiro, quien dio inicio a esta particular religión

tipo pentecostal en 1977.

Veinticuatro años después, la iglesia dice tener seis millones de miembros en 85 países, en su mayoría de la clase trabajadora. A cambio del cuidado espiritual que se les brinda en templos esquineros y en salas de cine transformadas en iglesias, estos devotos llenan las bolsas rojas de la colecta con por lo menos un billón de dólares por año.

En Brasil, la influencia de la iglesia se extiende más allá del terreno

espiritual. Es dueña de Rede Record, la televisora número dos en

importancia, y de cientos de estaciones de radio, varios periódicos, un banco y una empresa de crédito.

En todo este tiempo, Macedo se ha convertido en un multimillonario que atrae la crítica tanto como los devotos atraen a los demonios. Unos años después de haber sostenido su primer servicio en una pequeña funeraria en Río, comenzaron a circular rumores de que su multimillonario imperio era sólo una operación gigantesca de lavado de dinero para el cartel de Cali, Colombia.

En 1996, la prensa brasileña citó a Romeu Tuma, funcionario de la Interpol, quien dijo que le había pedido al Departamento de Justicia de Estados Unidos que investigara las acusaciones; ahora, cinco años después, ni la Interpol ni la Procuraduría de Estados Unidos quieren comentar sobre el tema.

Las acusaciones no comprobadas de turbias conexiones de narcotráfico han seguido a esta iglesia hasta Europa, donde un reporte del Parlamento Belga en 1997 afirma que la iglesia busca defraudar a sus creyentes: “Esta es una auténtica organización criminal, cuyo único fin es el de enriquecerse. Esta es una forma extrema de mercadeo religioso”.

Macedo no ha salido muy dañado por todo esto. Sin embargo, en 1992, dos años después de haber adquirido Rede Record por 45 millones de dólares, fue arrestado bajo sospecha de fraude y curanderismo, por lo que pasó 11 días en la cárcel. Los cargos luego fueron depuestos.

En una entrevista con los medios de comunicación de Brasil, Macedo negó haber hecho algo malo: “Si fuéramos ladrones, no hubiésemos comprado una estacion de televisión, estaciones de radio, nada. Nos hubiésemos embolsado el dinero y viajado alrededor del mundo”.

Hay gente que busca destruir el buen trabajo de la Iglesia Universal, dice Edward Campiani, de 41 años de edad, un miembro de este grupo religioso que trabajó como administrador de esta iglesia en Los Angeles a principios de la década de los 90.

“La Iglesia Universal tiene el poder de Dios con ella. Ha ayudado a miles de pandilleros y drogadictos por los que la Iglesia Católica no ha hecho nada”.

La Iglesia Universal es muy conocida por sus tácticas implacables de

recaudación de fondos. Rick Ross, un experto en sectas internacionales, dice que la Iglesia Universal es el grupo religioso de más avaricia con el que se ha topado.

“Es la recolección de dinero más agresiva que jamás he visto en un servicio eclesiástico, y vaya que he estado asistiendo a servicios de iglesias y observando grupos por unos 20 años”, dice Ross, quien testificó en el caso de una mujer salvadoreña mayor de edad, que demandó a la iglesia después de que se cayó y se rompió el brazo mientras esperaba en una fila para obtener 'aceite santo', tras un servicio religioso en Los Angeles.

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Los miembros de esta iglesia encaran no una ni dos ofrendas en cada

servicio, sino tres o más, con los pastores exhortándolos a que donen incluso mil dólares. El historial de la iglesia está plagado de relatos de ex miembros que dicen haber sido conducidos a un abismo financiero por dar dinero en exceso.

El vehemente y dinámico Macedo dice que ha madurado desde que un filme para instrucción de pastores, grabado en la época de sus inicios, lo muestra tirando una Biblia al suelo y contando pacas de dinero mientras les dice: “Si no pagan, pueden largarse”.

 

Los demonios interiores

Pero este viernes por la noche, tales controversias están muy lejos de los pensamientos de los feligreses. Están aquí para ser inspirados y ser sanados de las desesperaciones y enfermedades que aquejan sus vidas, las cuales a menudo son arduas y están llenas de problemas.

Durante el proceso, tal vez terminen perdiendo una gran parte de sus

salarios como barrenderos, mecánicos o costureras. Pero hoy nadie se queja.

A la mitad del servicio, la congregación está atenta al gran escenario,

donde el obispo José Luiz entrevista a una mujer de edad madura que llora, y a sus dos hijas, quienes están cerca del altar. De una forma no muy clara han sido seleccionadas para dirigir la catarsis del grupo.

La sesión de preguntas y respuestas crece en intensidad, mientras que el obispo trabaja sobre los demonios interiores. El diálogo a gritos marca el paso para los exorcismos simultáneos de docenas de otros miembros y visitantes “poseídos', quienes se convulsionan de un lado a otro y son atendidos en los pasillos o en los asientos por 'obreros', como así se denomina a los trabajadores o servidores de la iglesia.

Justo detrás de la madre se halla su hija menor, una niña preciosa de nueve años de edad con cabellos oscuros y una piel blanca y reluciente. Con su rostro contorsionado, la niña espeta una y otra vez al obispo con un “¡cállate!”

Aprisionando la cabeza de la madre, el obispo le ordena al espíritu que lleva adentro que se identifique. Resulta que su marido le está siendo infiel.

En una voz profunda y fuerte, el espíritu 'dice' a los surcos de absortos feligreses que fue introducido dentro de la mujer por un hechizo, obra de la amante de su esposo.

“¡La destruiré a ella y a su familia!”, declara el espíritu, mientras la madre intenta arañar al obispo.

Enardecido, su demonio no es el único que está perdiendo el control. Justo frente al escenario, un hombre fornido de más de 20 años, ataviado con una camisa de satín y botas vaqueras, hace a un lado a varios obreros con sus poderosos brazos.

“¡Aaaaarghh!”, gruñe el joven, mientras se le echan encima los obreros.

Gruñidos, espasmos y sonidos entrecortados de gente que vomita saliva se entremezclan con los gritos de los servidores de la iglesia que vociferan “¡sal!”. El ruido es ensordecedor.

Encarando a la muchedumbre, el obispo señala a los poseídos y grita por el micrófono: “¡Vamos a quemar a estos demonios!”.

Mientras que el obispo y sus pastores tumban a la madre y a sus hijas al suelo, los miles en los asientos gritan su cántico: “¡Quema!, ¡quema!, ¡QUEMA!”. Reina el caos.

La odisea dura 20 minutos. Finalmente, como por arte de magia, todos los que estaban poseídos -incluyendo la madre y sus hijas- callan y se calman; sus demonios han sido aniquilados.

Sonriendo, la madre asegura a la muchedumbre que ya se siente mejor.

Confiesa al público que antes maltrataba a sus hijas, pero ahora se unen en un abrazo.

El público aplaude, mientras que la joven familia baja del escenario y

desaparece entre el bullicio.

¿Pare de sufrir?

Durante los últimos seis meses, LA Weekly ha examinado a la Iglesia Universal y su vertiginoso desarrollo en el sur de California. Esta nota está basada en entrevistas con miembros, ex miembros y expertos que han estudiado a esta iglesia, algunos de ellos periodistas de los medios de comunicación en Brasil.

Fue en extremo difícil obtener el punto de vista de la Iglesia Universal; sus funcionarios y ministros raramente conceden entrevistas. De hecho, Regina Cerveira, la tesorera, dijo mediante su secretaria desde la jefatura de la iglesia en Nueva York, que no se le concederían entrevistas al Weekly.

Una gran parte de lo que ocurre en la iglesia se mantiene en secreto,

incluso para los fieles. Dentro de los temas prohibidos por la iglesia están sus finanzas, su estructura jerárquica e incluso los apellidos de la mayoría de sus pastores y obispos.

En Estados Unidos, la iglesia ha puesto su atención en la creciente

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comunidad latina. Desde los grandes enclaves puertorriqueños en la ciudad de Nueva York, hasta los inmigrantes mexicanos y centroamericanos del sur de California, la iglesia busca empecinadamente adeptos entre la clase trabajadora.

La iglesia cuenta con por lo menos 20 templos en el sur de California, abriendo un promedio de uno cada seis meses. La mayoría se encuentra en sectores con muchos latinos, pero también ha abierto templos en Azusa y en el bulevar Hollywood.

R. Andrew Chesnut, profesor asistente de estudios latinoamericanos de la Universidad de Houston, quien ha estudiado la iglesia en Brasil y en Estados Unidos, rastreó las raíces de su teología hasta Los Angeles.

“Los Angeles es la cuna del Pentecostalismo”, dice Chesnut, autor de Renacer en Brasil. “En una década, fue exportado a América Latina y al resto del mundo. Y ahora, al comienzo del siglo XXI, está regresando mediante misioneros latinoamericanos”.

Día tras día, docenas de personas afirman que han sido curadas en los servicios de la iglesia y en el programa televisivo y de radio ‘Pare de sufrir’, que se transmiten diariamente desde Los Angeles. En desgarrantes testimonios, los convertidos juran que la iglesia los salvó de seguir el camino de la autodestrucción.

“Los doctores me dijeron que tenía cáncer y que sólo tenía seis meses de vida”, asegura Salvadora Villa. “Gracias a la Iglesia Universal, ya no tengo cáncer y ahora soy más feliz que nunca”.

 

El lugar sin límites

Una desesperación sin límites le había robado hasta el último deseo de vivir a Melanea Quiñones. En cuestión de meses, se lastimó durante un accidente de autobús, pasó por varios niveles de un divorcio y vio cómo sus hijas, ya mayores, se habían ido del hogar.

Quiñones quería terminar con su sufrimiento. Justo antes de que pudiera lanzarse del puente de una autopista, una amiga pudo jalarla y ponerla a salvo.

Quiñones estaba intentando librarse de su amiga cuando agentes policiacos la sacaron de un puente de Boyle Heights, en mayo de 1993. Fue detenida y examinada en una sala siquiátrica, para luego ser enviada a casa.

Varios días después, mientras caminaba sin rumbo por la calle Broadway, le atrajo la atención un cartel colocado a las afueras del Teatro Million Dollar -el templo original de la iglesia- que contenía información sobre el pastor Marco y su conversión a la Iglesia Universal. Entró y habló con él.

Esa tarde, Quiñones dejó atrás sus tendencias suicidas y se convirtió en una de las primeras personas en convertirse a esta iglesia de Los Angeles.

En los últimos ocho años, Quiñones, de 58 años de edad, ha donado más de 60 mil dólares; es decir, un promedio de 625 dólares por mes. Es mucho dinero para una latina de clase trabajadora, pero para ella ha valido la pena hasta el último centavo.

“Antes me sentía como uno de esos centavos, esos que pisa todo el mundo”, dice Quiñones, una abuela que gana unos 30,000 dólares por año trabajando como cocinera para la cárcel del condado de Los Angeles. “Fui rescatada de una vida infernal, de sufrimiento y pobreza, a una vida de fe y paz”.

La iglesia luchó bastante en sus primeros años en Los Angeles. Dos pastores, Marco y Marcio, fueron los que abrieron el templo del centro en febrero de 1993.

Los servicios se limitaban al lobby del teatro; el auditorio se hallaba

infestado de ratas y olía a heces y orines debido a años de abandono y abuso por parte de los vagabundos. Quiñones recuerda una mañana en la que había traído como desayuno un burrito al pastor Marcio.

“Una de las muchas ratas grandotas que quedaban en el teatro se lo robó cuando se alejó por unos momentos”, dice la mujer.

Sólo un puñado de personas asistía a los tres servicios diarios, pero cada una recibía consejos individuales de parte de los ministros.

“Ellos lo escuchaban a uno cuando nadie más lo hacía,” recuerda Quiñones. “Ellos le decían a uno que pusiera su fe en Dios, y que Él iba a resolver tus problemas”.

Cuando formó parte de la iglesia, Quiñones no asistía a su trabajo de cocinera en un hospital debido a las lesiones que sufrió en el accidente del autobús de la MTA. Todos los días tomaba el camión desde su hogar en Boyle Heights para asistir a los tres servicios, de mañana, tarde y noche.

Oriunda del estado mexicano de Jalisco, Quiñones había sido una católica no practicante. La atención que recibía en el Million Dollar, así como las extáticas oraciones, eran algo mucho mejor que los servicios más impersonales de su antigua iglesia.

Agradecida por su nueva vida, Quiñones ayudaba a los pastores a fregar las paredes y a barrer el auditorio.

A Quiñones le consolaba platicar con el pastor Marcio, un joven brasileño de unos veintitantos años de edad. El le instruyó la fe de la Iglesia Universal.

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Se convirtió en el padre de su vida en la fe, dice ella.

Viendo su devoción, los pastores dijeron a Quiñones que se comprara una falda color azul marino y una blusa blanca. Se iba a convertir en la primera obrera de esta iglesia en Los Angeles.

Como a los tres meses de haberse convertido a la iglesia, sus dolores de hombros cesaron. El siguiente año consiguió un trabajo con un mejor sueldo como cocinera de la cárcel.

“Dios me estaba bendiciendo y haciendo milagros a través de mi fe en Él y en la iglesia”, dice.

Cuando los pastores decían a sus fieles que donaran lo que su corazón les dictara, Quiñones rebuscaba en su bolsa billetes de cinco o diez dólares para meterlos dentro de la bolsa roja de las colectas. Pero para mediados de 1994, Quiñones tuvo una suerte inesperada.

Con once meses de retraso en el pago del alquiler de su casa, recibió

40,000 dólares provenientes de la demanda que interpuso tras el accidente de autobús. Se fue al Million Dollar, donde escribió un cheque de ocho mil dólares, lo metió en un sobre de la iglesia y lo colocó en la bolsa de las ofrendas.

“Di un diezmo doble”, dice, enseñando la copia del cheque. “Estaba

tan contenta de que Dios me hubiera hecho ese milagro, que sentí que debía hacer esa ofrenda a la iglesia”.

 

Las riendas del templo

La naciente congregación de Los Angeles recibió un gran aliento en 1993, cuando el obispo Renato Suhett, considerado el predicador más popular y carismático de todo Brasil, tomó las riendas del templo del centro.

Fue una asignación que no le gustó del todo a Suhett. Macedo y él habían chocado en Brasil, y Suhett sospechaba que su jefe estaba intentando deshacerse de él.

Pero resultó que su mayor conflicto estaba aún por venir en Los Angeles.

En Brasil, antes de formar parte de la iglesia a mediados de la década de los ochenta, Suhett había sido un guitarrista profesional. Se convirtió en el máximo cantante de música cristiana de la iglesia, vendiendo millones de audiocintas e incluso componiendo canciones junto con Macedo.

Con las morenas y atractivas facciones de un galán de telenovelas

brasileñas, Suhett era el obispo con el segundo puesto de mayor importancia dentro de la iglesia. Cuando Macedo se alejó temporalmente de Brasil en 1992 debido a sus problemas con las autoridades, puso a Suhett a cargo de los más de tres mil templos del país. Aunque no estaba a cargo de las finanzas de la iglesia, era el indiscutible líder en cuestiones espirituales, comenta al Weekly.

Todo eso se acabó cuando Macedo le ordenó que se mudara a Los Angeles. Su comisión: hacer que la iglesia prosperara.

Pero Suhett interpretó la orden como un descenso. Estaba dejando el segundo puesto de más importancia dentro de la iglesia para encabezar una congregación pequeña.

“Tienes que comenzar de nuevo. Estás joven y puedes llenarte de orgullo”, recuerda Suhett que así le dijo Macedo.

“Mi nombre se había vuelto muy grande en Brasil”, dice Suhett. “Era

necesario que la gente lo olvidara, porque así es en la Iglesia Universal.

Sólo puede haber un gran nombre, el del obispo Macedo”.

Con 32 años de edad, el obispo llegó desmoralizado a Los Angeles. Se apropió del apartamento rentado por la Iglesia Universal y del Ford Explorer también propiedad de ésta en Los Angeles.

Halló consuelo en el pequeño pero cálido grupo de 50 miembros.

“Estaba muy triste, porque sabía que no estaba ahí por la mano de Dios, sino por la mano del hombre que quería verme lejos de Brasil”, dice Suhett. “Pero la gente [de Los Angeles] me hizo feliz. Nunca he visto gente tan maravillosa como la de aquí. Daba todo de sí”.

De las siete de la mañana hasta la medianoche, Suhett y su esposa, Lucía, trabajaban en el Million Dollar, sosteniendo tres servicios y aconsejando a los seguidores que estaban enfermos de cuerpo y alma. Suhett comenzó a grabar diariamente ‘Despertar de Fe’, un programa televisivo en KVEA, el canal 52 de Telemundo.

Debido a que las colectas eran minúsculas, cuando eran comparadas con las de otros templos de la Iglesia Universal, se le prestó poca atención al templo de Los Angeles.

Sin embargo, para mediados de 1994, la iglesia había crecido tanto que el Departamento de Bomberos intervino cuando una muchedumbre desmedida acudió durante un servicio. Los líderes de la Iglesia comenzaron a prestar atención al potencial del mercado de Los Angeles, ordenando a Suhett que comenzara a llevar a cabo “campañas”, un tipo de ofrendas especiales por las que un

creyente le pide una curación o un milagro a Dios.

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Tomando su nombre de alguna figura o lugar bíblico, las campañas pueden costar desde mil a diez mil dólares.

Suhett se negó.

“Me dijeron: 'Tienes que hacer dinero en una campaña de Israel'. Les respondí: 'Yo no lo voy a hacer. Estoy en contra de eso”', rememora Suhett. “Ellos arremetieron: 'Entonces tú no sirves para estar ahí'. Les contesté: 'Es cierto, yo no sirvo para eso”'.

Suhett fue transferido a San Diego. El mismo Macedo se mudó de Miami a Los Angeles, para estar al cuidado de sus producciones diarias de video y televisión, Latin American Televisión -que ahora se llama Total Digital Productions- y a fin de estimular el crecimiento de su iglesia.

Bajo el liderazgo de Suhett, la congregación de San Diego creció tan rápido como la iglesia de Los Angeles. En septiembre de 1995, se le dijo que iba ser transferido de nuevo, esta vez a San Francisco.

Suhett sintió que la iglesia lo estaba usando para que incrementara el nivel de ofrendas de varios templos.

Lo que más le dolió fueron los rumores de que se estaban usando tácticas fuertes para sacar dinero en el templo de Los Angeles. Las costosas campañas y peticiones de ofrendas cada vez más grandes eran la nueva forma de vida.

“Vi que ellos estaban maltratando a esas personas, a las que mi esposa y yo tratamos con tanto cariño”, dice Suhett. “Fue cuando tomé la decisión que estaba en mi corazón: dejar la iglesia”.

Durante los dos años que estuvo en Estados Unidos, dice que jamás recibió una llamada de Macedo. Pero Suhett sí llamó a Macedo para decirle que renunciaba debido a sus profundas diferencias con él sobre la forma de recaudar fondos.

Había cultivado vínculos muy estrechos con varios de los miembros de las congregaciones de Los Angeles y San Diego. Suhett y su esposa regresaron a Brasil en septiembre de 1995.

Dejó tras de sí a los dos templos de mayor importancia de California, con congregaciones que pronto se convertirían en las más grandes de Norteamérica.

Expresando su desacuerdo público en incontables entrevistas con la prensa, Suhett provocó la molestia de los dirigentes de la iglesia. Estos contratacaron haciendo que los pastores corrieran la voz de que el ex obispo estaba poseído por demonios y que era gay, lo cual esta iglesia considera como una depravación.

“Nos dijeron que tiráramos sus casetes”, dice Quiñones. “Pero yo no tiré los míos. Para mí el fue el hombre más dulce que he conocido”.

Aun así, Suhett acepta que no guarda rencor. Las diferencias eran

doctrinales, especialmente en lo que se refería a las campañas y a las

donaciones en exceso.

“Con las campañas la iglesia hace mucho dinero. Es sólo una forma de sacar dinero a la gente”, dice Suhett. “¿Cómo puedes pagar para obtener la bendición de Dios? Dios no hace eso. El no acepta eso”.

Los salarios de los pastores de la Iglesia Universal varían dependiendo de su nivel de autoridad, según Suhett. Los obispos ganan hasta cuatro mil dólares por mes, mientras que los pastores hasta mil.

Su vida es espartana comparada con sus colegas en Brasil, donde los obispos conducen sus BMW o Mercedes Benz, los cuales pertenecen a la iglesia.

Suhett luego fundó su iglesia, Amor e Graca. Dice que otros pastores y obispos dejarían la iglesia, mas tienen miedo de ser poseídos por los demonios.

“Es fácil hacer eso [los exorcismos]”, dice Suhett, quien ya no cree en el Diablo. “Si una persona tiene un dolor de cabeza, son demonios. Así que empiezo a gritar '¡sal, demonio!' Y la persona se cae, termina confundida y creyendo que tiene demonios”.

 

Más allá de un santo origen

El obispo Edir Macedo comenzó como un predicador evangélico callejero, uno de los miles que han surgido en Brasil. El paisaje social y religioso de esa nación iba a ser cambiado para siempre por este trabajador de la lotería de aspecto frágil.

Macedo nació en 1945, en el pequeño pueblo de Río das Flores, del estado de Río de Janeiro. Como la mayoría de los brasileños, él y sus siete hermanos crecieron en un ambiente duro, católico.

En una de las pocas entrevistas que ha concedido, Macedo le dijo a Veja, la revista brasileña, que entre sus recuerdos más duraderos se halla una lección que le enseñó su estricto padre. De niño, Macedo robó un helado de la nevería local. Cuando su padre se enteró, le propinó una tunda y lo forzó a que pagara por ella y que lo confesara a sus amigos.

“Por lo menos aprendí mi lección”, dijo Macedo. “A veces el hablar no sirve de nada. Unos golpes son la única solución”.

Durante su juventud, Macedo practicó algunas religiones indígenas

brasileñas, como la Umbanda, en la cual se usan estados de trance llamados “sesiones”, que son para auyentar espíritus indios.

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En 1969, a la edad de 24 años, Macedo “aceptó a Jesús” en Igreja Nova Vida (Iglesia Nueva Vida), una de las muchas iglesias pentecostales que surgieron en Brasil. El conocer a Jesús, dijo a Veja, “fue un placer tan intenso, que no puede ser descrito. Es mucho más placentero que un hombre acabando [de hacer el amor] con una mujer”.

Su conversión al pentecostalismo marcó el inicio de su vida, según Macedo. Pero también le encendió un odio por el catolicismo.

Entonces se convirtió en un pastor en Nova Vida. Con anteojos que le daban un aire de estudioso, el predicador solía transformarse en un orador ardiente y de mirada hipnótica. Podía mantener la atención de un público por varias horas.

En la entrevista con Veja, Macedo compartió sus puntos de vista en otros temas, aparte de la religión. Se llamó a sí mismo un ex mujeriego, agregando que la mujer debe ser sumisa al hombre.

Citó al Nuevo Testamento para reforzar sus creencias, las cuales ahora forman parte de la doctrina de su iglesia.

“Una mujer puede llevar al hombre a la presencia de Dios, pero también lo puede llevar al infierno”, dijo Macedo a Veja. “Cuando ella es el diablo, puede traer desgracias a un hombre. Mirábamos a muchas de esas cuando recién llegaron a la Iglesia Universal”.

Pese a ser desconfiado de las mujeres, Ester, la nieta de un predicador Pentecostal, le llamó la atención. Se casaron a mediados de la década de los 70 y aún siguen juntos.

En julio de 1977, Macedo y un grupo de otros tres pastores dejaron Nova Vida para formar su propia iglesia. Originalmente llamada la Iglesia de la Gracia Divina (Igreja Da Bencao), Macedo después la registró bajo el nombre de Igreja Universal do Reino de Deus.

El Jesús de Macedo no era el rabino descalzo del que se predicaba en las iglesias católicas de Brasil. Mientras que la Iglesia Católica prometía una mejor vida en el mundo por venir, Macedo les aseguraba a los brasileños que podían vivir una vida más próspera en la tierra, una sin dolor.

“Jesús nunca fue pobre”, le dijo Macedo a Veja. “El [Jesús] dijo: 'Yo soy el Señor de Señores y el Rey de Reyes'. Un rey nunca es pobre”.

Mario Justino, un ex pastor que trabajó para la iglesia de 1980 a 1991, cree que el mensaje de Macedo tiene éxito debido a que predica el materialismo en lugar de la salvación del alma. La iglesia vende seguridad a aquellos que se sienten marginados.

Otro factor que contribuye al abrumador éxito que tiene la iglesia es la forma en que mezcla las religiones de Brasil y las hace una, dice Kenneth Serbin, profesor de la Universidad de San Diego, quien ha estudiado a la Iglesia Universal en Brasil y en Estados Unidos. El dice que Macedo tomó elementos del Pentecostalismo, Catolicismo, Espiritismo Francés y la Umbanda.

“De hecho, él ha creado un espejo de la religión brasileña y ha reformulado esa imagen en una nueva religión”, dice Serbin. “¡Y la está exportando!”.

Muchos de los covertidos brasileños han salido de las filas de las

religiones afrobrasileñas, dice Chesnut. La iglesia ha seguido usando esa fórmula exitosa a través de América Latina y Estados Unidos, donde predica en contra de prácticas autóctonas mexicanas y caribeñas, tales como las limpias rituales de la Santería o las curaciones del Curanderismo.

La forma en que la Iglesia Universal practica sus exorcismos va más allá de lo que se practica en la mayoría de las demás iglesias pentecostales.

“Ellos realmente invocan a los demonios”, dice Chesnut.

El lema de esta iglesia, “Pare de sufrir”, fue acogido por muchos brasileños que sufrían de malestares físicos, espirituales o mentales. El mensaje contrastaba con el clásico estoicismo católico latinoamericano, el cual predicaba que el aguantar el dolor era una forma de purgar los pecados.

En un video de la iglesia de 1997, en su aniversario número 20, Macedo y su esposa dicen que el nacimiento de su hija Viviane los inspiró a que formaran una iglesia. Como su padre, Viviane nació con sólo cuatro dedos en cada mano.

“Cuando nació nuestra hija, conocí el dolor de esas personas que no cuentan con la ayuda de nadie”, dice Macedo. Su esposa, Ester, agregó: “Fue entonces cuando nació la Iglesia Universal, con el nacimiento de Viviane”.

Macedo conoce el poder de los medios de comunicación. Siguiendo el ejemplo de los telepredicadores norteamericanos, adquirió estaciones de radio y compró tiempo televisivo a través de todo Brasil para predicar la Palabra.

A mediados de la década de los 80, la iglesia atrajo la atención cuando Macedo llenó el estadio Maracaná de Río de Janeiro. Esa reunión de más de 150 mil creyentes en el santuario deportivo del futbol fue el primero de muchos eventos en estadios en el país.

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Justino, quien entonces era un pastor en Salvador, en el estado de Bahía, recuerda uno de los eventos que se llevó a cabo a principios de los ochenta en el estadio Fonta Nova. Comparándolo a la multitud con otra similar de Río de Janeiro, Macedo les pedía una donación más grande.

“¿Será posible que los cariocas (ciudadanos de Río) tengan más fe que los bahianos?”, les preguntó Macedo, recuerda Justino. “¡No!”, fue la estruendosa respuesta.

Ya para 1985, Macedo había abierto un templo en el vecino país de Paraguay, seguido poco tiempo después por otro en Argentina. En 1986, Macedo se mudó a Nueva York.

Viajando entre Nueva York y Río, Macedo dirigía una iglesia que se había

convertido en un imperio que se extendía a través de América Latina. Ya para 1995, la iglesia enviaba misioneros a iglesias establecidas en Portugal, Estados Unidos y Sudáfrica.

En 1995, Macedo llevó a cabo un evento en Johannesburgo de 100 mil personas, el mismo día que el Papa Juan Pablo II sostuvo otro ahí del mismo tamaño.

Desde 1986, Macedo ha alentado a sus discípulos a que voten por políticos que le dan respaldo a la iglesia. Docenas de senadores y asambleístas estatales han sido electos por los votantes de la Iglesia Universal. Entre otros, se hallan sus hermanos, Eraldo Macedo y Edna Fernandes.

Macedo capturó la atención de Brasil con su compra de Rede Record en 1990. Con 64 afiliadas, la televisora es la segunda más grande del país.

Para ese entonces, la iglesia ya contaba con un poco más de tres millones de seguidores, con más de dos mil templos en toda la nación.

Con todo ello, Macedo estaba listo para declarar la guerra a dos de las

entidades más poderosas de Brasil: la Iglesia Católica y Organizacioes Globo, el conglomerado de medios de comunicación más grande de América Latina.

El magante brasileño y dueño de la televisora, Roberto Marinho, veía cómo su audiencia comenzaba a decaer. Urdió formas para contratacar.

De repente, los reporteros de O Globo comenzaron a interesarse mucho en Rede Record y en la Iglesia Universal. Recibirían la ayuda de Carlos Magno de Miranda, un informante que también fue uno de los tenientes de Macedo.

Miranda formó parte de la iglesia en 1977, cuando Macedo era sólo un predicador callejero más. Ya para 1990, Miranda se había convertido en la mano derecha de Macedo, con el puesto número dos en la iglesia, desde donde podía saber algo de sus finanzas.

Sin embargo, Miranda, quien luego dejó la iglesia, fue ese año a la prensa con relatos de supuesto lavado de dinero de parte de altos funcionarios de la iglesia. Dijo que el obispo Macedo lo había llevado a él y a otros pastores con sus esposas en un jet privado a Colombia.

Ya ahí, dice Miranda, se le pidió junto con los pastores que cargaran de regreso un millón de dólares de un narcotraficante de cocaína que había acordado ayudar a la iglesia con la compra de Rede Record. Dice Miranda que él se negó, pero que el resto de los pastores y sus esposas escondieron el dinero en sus maletas y en la ropa interior que llevaban puestas.

Miranda también dijo que la iglesia supuestamente, sobornando a agentes aduanales, había contrabandeado grandes cantidades de equipo de radio de alta tecnología de Estados Unidos. Las acusaciones de Miranda propiciaron investigaciones de parte de las autoridades brasileñas, pero nunca se halló evidencia que comprobara las acusaciones.

Macedo negó todos estos cargos. Los ayudantes del obispo dijeron a la prensa que las acusaciones contra la iglesia eran ridículas.

“La acusación es demasiado ridícula”, dijo Felisberto Pinto, uno de los abogados de Macedo. “De haber sido 50 millones de dólares, tal vez hubiese sido inteligente. Pero, ¿por qué iba a tomar tal riesgo por un millón si ya tenía 45 millones [para comprar la televisora]?”.

Renato Suhett, el obispo renegado, dijo que nunca vio ni remotamente algo que confirmara las acusaciones de Miranda. El cree que el supuesto nexo con el narcotráfico es un mito.

“El problema de la Iglesia Universal es su amor por el dinero”, dice Suhett. “[Pero] la iglesia no necesita meterse en el narcotráfico para hacer dinero”.

El escándalo hizo que la iglesia y Macedo quedasen permanentemente en la mira del público. Muchos pronosticaron que la iglesia se derrumbaría tras las acusaciones de Miranda, mas ocurrió lo contrario.

“Al principio, el mensaje de Jesús no fue aceptado y fue perseguido. Ahora nuestro mensaje no es aceptado porque predicamos el evangelio con gran intensidad”, declaró a la prensa Odenir Laprovita, el presidente de la Iglesia Universal. “No puedes juzgar el trabajo de Jesús por la palabra de Judas”.

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Macedo y sus pastores tildaron a Marinho y O Globo de hacer el trabajo del diablo. Se dijo a los fieles que no vieran la televisora O Globo, ni que comprasen sus revistas.

Dos años más tarde, Macedo fue arrestado a su regreso a Brasil de Estados Unidos por un supuesto fraude fiscal en la adquisición de Rede Record. Millones de sus seguidores oraron por él.

Los observadores creen que incidentes como el arresto de Macedo sólo han hecho que se le considere como un hombre de poder que se ha mantenido aún más firme. En la entrevista con Veja, Macedo admitió que en lugar de hacerle daño a la iglesia, su arresto la ayudó.

“La Iglesia Universal hace un buen trabajo al hacerse ver como víctimas de la intolerancia religiosa”, dice Chesnut. “Exprimen eso al máximo, particularmente cuando Macedo fue a la cárcel. Eso probablemente fue una gran cosa para la causa”.

Pese a los años de confusión, la iglesia de Macedo continuó expandiéndose, abriendo templos en Rusia y en China. Haciendo un balance sobre sus problemas y sus triunfos, Macedo dijo: “Somos como un omelete. Cuanto más nos golpean, más crecemos”.

Pero con el crecimiento de la iglesia, la guerra con Marinho y O Globo subió de intensidad. A finales de 1995, O Globo transmitió ‘Decadencia’, una miniserie de 12 capítulos basada en el personaje de Mariel Batista, un predicador pentecostal que vive una vida de lujo a base de engañar y chantajear a sus seguidores. Macedo contraatacó, diciendo a su congregación que comprara pulseras de 50 dólares, como muestra de solidaridad con su iglesia.

Llamó “semana de persecución” a los días en que fue transmitida ‘Decadencia’.

El año de 1995 probó ser el más controversial en la corta historia de la Iglesia Universal. El furor de ‘Decadencia’ apenas se había calmado, cuando Sergio Von Helde, el hombre que fue el primer obispo de Los Angeles y luego el obispo de Sao Paulo, para demostrar su odio por el catolicismo, pateó una estatua de la Aparecida, la virgen patrona de Brasil, durante un programa de televisión.

La televisora O Globo se encargó de que los brasileños se enteraran delincidente de las patadas a la estatua de la Virgen, transmitiendo las imágenes una y otra vez, día tras día. Lo que agitó aún más a los católicos fue el hecho de que sucedió un 12 de octubre, el día de la fiesta nacional de la Aparecida.

Como respuesta, en algunas ciudades de Brasil los católicos se amotinaron, lanzando piedras y huevos contra los templos de la Iglesia Universal. Sus miembros respondieron llevando a cabo manifestaciones callejeras de hasta 100 mil personas.

El Papa Juan Pablo II intervino para calmar las tensiones entre las dos iglesias. Algunos obispos católicos, de mala gana, apaciguaron a sus fieles, pero a la vez demandaban una disculpa de la Iglesia Universal.

Desde su hogar en Nueva York, Macedo se disculpó con los católicos mediante una declaración videograbada. Dijo que disciplinaría a Von Helde. (Dos años después, Von Helde resurgió en la ciudad de Indio, en el Valle de Coachella. Desde entonces ha sido transferido a Los Angeles y a otros templos en Estados Unidos.)

Los motines callejeros apenas habían concluido cuando Miranda le filtró a O Globo un asombroso video que muestra al obispo enseñando a sus pastores cómo exprimir el dinero a las masas. Grabado por Miranda, el video muestra también a Macedo y sus obispos divirtiéndose en yates.

Luego se ve a los pastores de Macedo conversando sobre quitarse la ropa en el lobby de un hotel de Jerusalén, durante un viaje a Tierra Santa. En otra parte del video se puede ver a Macedo bailando en la playa Copacabana de Río.

Más adelante, el video muestra al obispo gesticulando procazmente y, mientras cuenta donaciones, orgullosamente enseña billetes de 100

dólares durante la apertura de un templo de Nueva York.

Macedo no negó que el video fuera auténtico. Pero dijo que él y sus pastores no habían hecho algo ilícito, y que las grabaciones habían sido realizadas durante sus días de juventud e inmadurez.

Abundan las historias sobre el supuesto menosprecio que tienen los pastores por sus feligreses. Walfre Ramos, un ex técnico de radio para la estación de Los Angeles KWKW1330 La Mexicana, trabajó casi un año con los pastores de la Iglesia Universal en el programa 'Pare de sufrir'. Los pastores felicitaban a aquellos radioescuchas que llamaban diciendo que iban a hacer una donación, pero fuera del aire se burlaban de ellos.

“La gente llamaba diciendo que ganaban 150 dólares por semana haciendo trabajos pesados y que iban a donar todo su cheque”, recuerda Ramos. “Pero cuando estaban fuera del aire los pastores se reían y decían 'esta gente es tan tonta'”.

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La Iglesia Universal tiene un objetivo muy alto: adueñarse del cristianismo que profesan los latinos en Los Angeles. Bloqueándole el camino, en opinión de Macedo, sólo hay una iglesia: la Católica.

Macedo cree que puede robarle miembros al gigante tradicionalista, así como lo hizo en Brasil. El ha aprendido que para atraer a los pobres y su dinero no se necesita de monumentos masivos arquitectónicos. Tal vez sea fácil que la red de viejos teatros pertenecientes a la iglesia pasen inadvertidos, pero aquí éstos representan el alma de su sigilosa presencia.

Todos los días, miles de sus fieles caminan dentro de las antiguas salas de cine, las cuales sólo son identificables por sus marquesinas y los cartelones en el lobby.

 

Guerra santa declarada

A los partidarios de la Iglesia Universal les gusta decir que la Iglesia

Católica no tiene ni idea de cómo ganar esta guerra entre religiones. Dicen que un ejemplo de esto es el plan de la Arquidiócesis de Los Angeles, que tiende a cerrar pequeñas parroquias cuando la nueva e imponente Catedral sea inaugurada cerca del centro.

Tal plan es contrario a la estrategia de la Iglesia Universal, el cual es

establecer una red de templos esquineros en el sur de California. La más grande e influyente del país, la Arquidiócesis de Los Angeles, encabeza 285 parroquias desde Santa Bárbara al condado de Orange, contando con unos cuatro millones de católicos. Del credo más grande entre los latinos en Estados Unidos, sus líderes dicen que éstos van a cargar con la iglesia en las décadas venideras.

Pero para algunos está claro que los católicos están perdiendo terreno ante las iglesias evangélicas. En un estudio conducido en 1998 por la Conferencia Católica Nacional de Obispos, más de la mitad hizo hincapié en que las iglesias tipo pentecostal están atrayendo tanto a nuevos inmigrantes como a latinos más establecidos.

El auge de la Iglesia Universal no ha sido detenido por las quejas de sus ex miembros. Uno de los motivos, por lo menos en Los Angeles, tal vez tiene que ver con que la existencia de los templos no sea tan conocida fuera de los círculos de las iglesias.

Considere el caso de María Chávez. Ella, madre de tres, era muy

conocida en Aliso Village -unos proyectos habitacionales que contaban con 685 unidades- por cocinar los mejores pasteles caseros. Pero dos años después de que se unió a la Iglesia Universal, Chávez, quien entonces contaba con 47 años de edad, sufrió una crisis nerviosa e intentó suicidarse tomando una botella llena de pastillas. Cinco años después, aún alucina que los demonios la atormentan, y a veces divaga incoherentemente sobre un mundo dominado por la Iglesia Universal, dice su esposo, Amado Chávez.

El culpa a la Iglesia por el desequilibrio mental de su esposa. “Era rápida para pensar y de mente muy sana”, dice Amado Chávez. “Ahora no la puedo sacar, por que le empieza a gritar a la gente o dice cosas que no están bien”.

En 1996, María comenzó a asistir a los servicios del Million Dollar. Cuando la pareja empezó a retrasarse en sus facturas, María explicó que todas sus ganancias las destinaba como ofrendas.

“Tuvimos una gran discusión”, dice Amado Chávez. “Al enterarse mis hijos también se enojaron. Ella ganaba como $500 por semana haciendo pasteles. ¡Ella donaba todo su dinero y parte del mío a la iglesia!”

Amado Chávez fue a quejarse con los pastores del Million Dollar, diciéndoles lo que le sucedía a él y a su esposa y que se habían quedado en la ruina. “Un pastor me dijo fríamente que ellos no obligaban a nadie a que donara dinero o que fuera a su iglesia”, dice Amado Chávez. “Me dijeron que me fuera. Que este país los protegía y que si alguna vez regresaba, harían que me arrestaran”.

María Chávez jamás regresó al Million Dollar, convencida de que una iglesia malvada se había aprovechado de ella. Los Chávez ahora viven en unos departamentos de Highland Park. Sin poder trabajar debido a una lastimadura de espalda, Amado, quien tiene 58 años de edad, cuida de su esposa lo mejor que puede y batalla para pagar el alquiler.

María se pasea por su apartamento en jeans y su cabello sin peinarse. Dice que los pájaros que están afuera de su ventana son espías de la Iglesia Universal y que Satán duerme en la sala.

“Éramos una pareja muy feliz. Salíamos a caminar”, recuerda Amado Chávez. “Ahora es raro que salgamos. No podemos confiar ni en nuestras sombras. Creo que cuando le quitas la esposa a un hombre pobre, que es lo único que le queda en su vejez, haz hecho algo muy malo”.

Nadie en la Iglesia Universal quiso comentar sobre las quejas de los Chávez.

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Y es raro que la iglesia responda a sus críticos, pese a que se sabe que enfrenta legalmente a sus enemigos.

En Texas, la iglesia interpuso una demanda a Jesús y Victoria Lorenzo con el fin de silenciarlos, ya que ellos se quejaron públicamente de supuestos abusos en donaciones. Los Lorenzo, quienes eran dueños de una empresa de servicios de limpieza, le enseñaron a los reporteros hasta 70 mil dólares en cheques firmados a nombre de la iglesia y varios vehículos reposeídos durante un espacio de cinco años.

Jesús Lorenzo intentó conseguir la ayuda del entonces gobernador George W. Bush, pero uno de sus ayudantes le respondió diciéndole que sus problemas estaban fuera de la jurisdicción de la oficina del gobernador.

Sin nadie que los defienda, los Lorenzo dicen vivir con un miedo constante, viendo el largo brazo de la iglesia por doquier.

“Ellos tienen dinero. Son dueños de bancos. Sé que se enojaron por lo que dije, pero lo que nosotros dijimos fue la verdad”, dice Jesús Lorenzo. “Sólo quiero advertirle a la demás gente sobre la iglesia, para que no terminen como yo”.

El obispo de esta iglesia en Houston, Carlos Moncada, negó que se le haya hecho algo malo a los Lorenzo, diciendo que sus problemas personales no estaban relacionados con la iglesia, la cual desde entonces desistió de continuar con la demanda.

Por cada crítico de la iglesia, parece haber un estadio lleno de

partidarios. En abril, un evento en el Olympic Auditorium atrajo como a 10 mil personas. La Gran Concentración de Fe fue el primer evento a lo grande que sostuvo la iglesia en Los Angeles, parecido a los que suele hacer en Brasil y en África.

 

Al final, ¿quién ganará, la iglesia o sus críticos?

Cuando se refiere a promocionar su iglesia entre las comunidades

inmigrantes, Macedo es un verdadero innovador, dice el profesor Kenneth Serbin.

“Pero al ganar notoriedad, lo más probable es que la iglesia sea examinada por la prensa y las autoridades”, añade Serbin. “La pregunta que se tiene que hacer es: 'Cuando la gente pone su dinero en esa bolsita roja, ¿a donde va el dinero?”'

Tal vez la iglesia se meta en la política local, tal como lo ha hecho en

Brasil, en Portugal y en otras partes del mundo, dice Renato Suhett, el ex obispo de la Iglesia Universal. Dice que puede comenzar haciendo contribuciones a los políticos y a sus campañas.

“Es una estrategia para todo el mundo. Tratarán de poner a un [político] de los suyos. Comenzarán en California, con el puesto más bajo. Y de ahí ira creciendo”.

Macedo es un hombre complicado. No es el embaucador que dicen sus detractores, así cree Eduardo Borges, un productor de Miami que

trabajó para él de 1996 a 1998. Borges, quien nunca perteneció a la iglesia, ayudó a producir el video del aniversario número 20.

Borges dice que Macedo es un hombre apacible, de cultura, cuyo único propósito es llevar a Dios a las masas. “El obispo Macedo es un gran hombre. Es como un gran presidente de verdad, un gran líder”, dice Borges. “He visto que la iglesia realmente ha ayudado a personas. Si sólo pudieras ver la iglesia en África, no lo creerías. ¡Y esos coros! ¡Cantan como los ángeles!”.

 

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